En 1971, Antonio González Vizcaíno publicó el libro Almería es mi afán: problemas almerienses*, una recopilación de artículos periodísticos entre los que aparece el titulado «La Virgen va por La Chanca» y que destacamos porque en él se recoge un pedacito de nuestra historia.
1971 fue uno de los annus horribilis de nuestra Semana Santa. La Agrupación de Cofradías había desaparecido y las hermandades se encontraban hundidas, sin recursos económicos ni estímulos suficientes para ponerse en la calle. Aquel año sólo llegaron a salir los Estudiantes y la Soledad, aunque ésta sin penitentes en el cortejo.
Según declaraba el Hermano Mayor, José Luis López Gay-Belda, ante la ausencia de una carrera oficial que transitar y el nulo apoyo encontrado en el centro y sus comercios, los Estudiantes —en rebeldía— deciden dar la espalda al Paseo y mirar a poniente, procesionando por la Almedina como el año anterior, pero yendo más lejos hasta llegar al barrio de Pescadería, San Antón y la Alcazaba.
Así, el itinerario anunciado para la procesión del Miércoles Santo 7 de abril de 1971 fue el siguiente: Plaza de la Catedral, Cervantes, San Fernando (Administración Vieja), Juez, Arráez, Queipo de Llano (La Reina), Almedina, General Luque, Avenida del Mar, Cadenas, Encuentro, Chamberí, Reducto, Berja (Plácido Fernández Viagas), San Antón, Santa María, Cruces Bajas, Puerta Alcazaba, Almanzor Alta, José María de Acosta, Plaza Vieja, Santo Cristo (Jovellanos), Mariana, San Fernando, Cervantes, al templo.
La crónica de la procesión hecha por la prensa la describió con estos titulares:
En ordenado y fervoroso cortejo desfiló la Cofradía de la Oración en el Huerto y de la Virgen del Amor y la Esperanza. Cubrió un sugestivo y evocador itinerario que se encontraba abarrotado de fieles.
Pasado el Miércoles Santo, el párroco de San Juan, el Marianista P. Melchor Alegre envió una carta al Hermano Mayor de los Estudiantes que fue publicada en La Voz de Almería el Domingo de Resurrección, en la que decía:
Al Hermano Mayor y Junta Organizadora de la procesión de Nuestra Sra. de la Esperanza.
Estimados amigos:
Gracias por haber pasado por nuestras calles. Gracias en mi nombre y en el de los feligreses de esta Parroquia. Son ellos los que me han pedido os escriba estas líneas.
La mayoría no esperaba este regalo de Semana Santa y por eso quedaron extrañados al veros desfilar entre nosotros. Os esperamos el próximo año y contad desde ahora con nuestro aliento y colaboración en todo aquello que esté en nuestras manos. Avisadnos a tiempo. Lo daremos a conocer a los demás y todos os acompañarán con su presencia en las calles y os alentarán en el gran esfuerzo que sabemos supone para vosotros organizar esta procesión sin apenas otra ayuda que vuestra ilusión de jóvenes y vuestra fe cristiana, que es necesario mantener, avivar y hacer contagiosa.
Creemos que vale la pena organizar bien la procesión con tiempo y con colaboración de todos, porque puede y ha de ser un magnífico medio de manifestación de nuestra fe, de nuestra piedad y nuestro amor al Señor y a su Madre.
Queda vuestro amigo.
Firmado: Melchor Alegre.
Este itinerario que llevó a los Estudiantes a las puertas de la Alcazaba, se mantuvo por dos años más. Sin embargo, fue recortado en los años posteriores y no se llegó más allá de la Plaza de Pavía.
Para 1974, y con Pedro Pavón Espín como Hermano Mayor, los Estudiantes modifican radicalmente su recorrido, abandonando las calles de poniente, la Almedina y la Alcazaba, para volver a un itinerario desarrollado íntegramente a levante y regresando definitivamente al Paseo.
[*] Acceso a la versión electrónica de la obra completa en la Biblioteca de la Diputación Provincial de Almería.