Santa y Apostólica Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Encarnación
Con la incorporación de la ciudad de Almería al reino de Castilla, la Mezquita Mayor, erigida al pie de la Alcazaba, se dedica al culto católico convertida en Iglesia Catedral y dedicada a Nuestra Señora de la Encarnación. La antigua mezquita-catedral permaneció en su función hasta el año 1522, momento en el que un violentísimo terremoto derrumbó casi por completo su fábrica, dejando sólo en pie la Capilla Mayor.
La llegada del obispo Fray Diego de Villalán dará un impulso definitivo al patrimonio urbano –y espiritual- de Almería con la construcción sobre un emplazamiento diferente de un nuevo templo madre de la diócesis: la Santa, Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, con su notable aspecto exterior de fortaleza para la defensa frente a los continuos ataques de piratas berberiscos que asolaban las costas mediterráneas.
Para ello, se valió del buen hacer del arquitecto Juan de Orea, quien, siguiendo la estela de Diego de Siloé y Pedro Machuca, proyectó la ejecución de la nueva catedral bajo los postulados del más clásico Renacimiento artístico del siglo XVI, que rezuma en los diversos espacios que componen este recinto sacro. Las obras fueron impulsadas y ampliadas años después bajo el episcopado de Fray Juan de Portocarrero, gran mecenas y promotor de la construcción de la Capilla del Sagrario anexa a la Catedral.
En los siglos siguientes la Catedral fue dotándose de un rico patrimonio escultórico y ornamental, el cual, lamentablemente, fue destruido casi en su totalidad durante los trágicos sucesos de la Guerra Civil (1936-1939), en los que una parte del clero almeriense, junto a su obispo, el Beato Diego Ventaja, perdieron la vida. Terminada la contienda, durante las décadas siguientes, los obispos almerienses promovieron la reconstrucción del patrimonio dañado no perdido y, más aún, paulatinamente fue aumentándose, y hoy puede apreciarse en las magníficas Salas de Exposición Permanente –Levante y Poniente- habilitadas junto al claustro neoclásico de la Catedral, alzado en el siglo XVIII.