Plegaria de madrugada a Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza

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Esperanza, se abre una puerta al camino.  

Ya nos llamas en este gozoso día, ya nos convocas ante ti para que contemplemos ese rostro de amor que un nuevo Miércoles Santo volverá a ser la brújula de esta ciudad. Ya nos llamas como lo hace esa mirada cuando falta el consuelo y la esperanza a todos quienes te buscan en verdad.  Ya nos llamas Esperanza y un año más somos todos tus hijos quienes volvemos ante ti para soñarte, sentirte, pedirte y darte gracias por estar otro año junto a ti.  

Hermanos, hoy es Miércoles Santo, ese renglón que el mismo Dios ha querido pintar del verde de sus anhelos, ese verde que desde este instante está corriendo libre por cada surco de nuestra ciudad. 

Hermanos, hoy es Miércoles Santo, ese bendito miércoles en el que la virgen del amor hermoso llenará cada hogar de esa esperanza que veces tanto falta. Ese bendito miércoles en el que el Señor revestido de maestro recogerá cada una de nuestras oraciones. Ese bendito miércoles en que la madre de Dios cruzará el umbral de la gloria para reencontrarse con ese pueblo que tan solo sabe piropearla al unísono de un Esperanza guapa.  

Hoy volverá a pisar la calle la virgen a la que recitara Antonio Gala, la que encandilase a Celia Viñas, la de la de la generosidad sincera de Concha Velasco, la de aquellos estudiantes que hace ya casi 80 años la soñaron y la de tantos y tantos que consumieron su vida junto a ella y hoy desde el firmamento se ponen en primera fila para mirarla en su plegaria. Hoy volverá a pisar la calle la vecina más bonita del barrio de la Almedina, la virgen de diciembre, la salud de los enfermos, el sarmiento de nuestra vid de vida, la causa de nuestras alegrías, la esperanza de quien la pierde, la esperanza, nuestra esperanza, la esperanza de Almería. 

 Hermanos es Miércoles Santo, miremos a la Santísima Virgen y confiados pidámosle que el tiempo nos acompañe, pidámosle la fuerza necesaria para llevar a honra el orgullo de ser hijos suyos, pidámosle que nos ilumine y nos infunda de su bendito amor pidámosle por todos aquellos que en esta tarde no podrán encontrar ese perfil en el que se encierran tantas preguntas y tantas respuestas pero sobre todo que ella, primer sagrario de nuestra humanidad nos enseñe a seguir a su hijo aceptando siempre la voluntad del padre . Por ello, digamos juntos y confiados:  

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, 
vida, dulzura y esperanza nuestra. 

Dios te salve. 

A Ti clamamos los desterrados hijos de Eva, 
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. 

Ea, pues, Señora Abogada Nuestra, 
vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos, 
y después de este destierro, muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre. 

Oh, clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María. 

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, 
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.

Amén 

Esperanza.
Se abre una puerta al camino. Ya nos llamas y aquí nos encuentras diciéndote:
¡Viva la Virgen del Amor y la Esperanza! 

David Berenguel Fernández

Diputado de Cultos