70 años de la corona de Seco Velasco para la Virgen del Amor y la Esperanza

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Hoy se cumplen 70 años de la bendición de la primera corona de Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza. Aquel 2 de abril de 1947 era Miércoles Santo y a las 8:30 de la mañana, durante la misa de comunión general y última del triduo, se bendijo e impuso la corona a la Stma. Virgen. De ella pocos datos se aportaron más allá de calificarla como “preciosa” (Yugo, martes 1 de abril de 1947, p. 2).

Con el paso de los años, ante el vacío documental y la ausencia de testimonios que explicasen el origen fidedigno de esta obra, la tradición empezó a atribuirla —sin ningún fundamento— a los Talleres Santarrufina de Madrid. Y este origen incierto fue el que se asentó para documentar la pieza que, además, se convirtió en corona de capilla tras la llegada en 1984 de la corona de plata cincelada por Jesús Domínguez, pasando a ese segundo plano en el que ha permanecido durante más de 30 años.

En agosto de 2000, el blog El orden del día publicaba una entrada titulada La Virgen de la Esperanza con su corona “de toda la vida” en la que, entre otras cosas, se decía de ella: “No lleva la firma de un orfebre de prestigio sobre el que se investiga en los archivos. Se cree que se hizo en los talleres de Santa Rufina, en Madrid, dicen que inspirada en una corona del XVII…”. De la lectura completa de la entrada y del párrafo citado, podían entresacarse dos intenciones claras: por un lado, señalar que no había pruebas que identificasen a su autor, lo que la seguiría manteniendo como obra anónima, y por otro, la intención fundamental del artículo, que era destacar la importancia histórica de la pieza y ponerla en valor para que no quedase relegada como objeto menor.

Y este fue el punto de partida de una búsqueda de respuestas. Respuestas para cambiar definitivamente una atribución por una autoría; respuestas para sustituir las tres palabras del cariñoso apelativo de “toda la vida” por un nombre y sus dos apellidos.
 

La descripción de la pieza.

Inmaculada de Alonso Martínez
Sacristía de la Catedral de Sevilla

Esta corona de la Esperanza de 1947 pertenece a un conjunto de obras de diversos autores y épocas que toman como referencia el modelo de las que presentan dos Inmaculadas de la Catedral de Sevilla: la de la Capilla de la Concepción Grande —de Juan de Arfe— y la Inmaculada de la Sacristía Mayor, obra a la que se asemeja más nuestra corona. Ambas piezas de platería responden a modelos de fines del s. XVII o comienzos del s. XVIII, si bien conjugan elementos de tradición manierista.

La obra está cincelada en metal plateado y presenta unas medidas de 55 cm. de alto, 56 de ancho y 17 de diámetro inferior del canasto.

El canasto es abierto y tiene forma troncocónica, con base formada por una rosca  y un bocel  de hojas de laurel entre los que se presenta una parte plana decorada con círculos, rombos y rectángulos redondeados en relieve. Se divide en ocho parchetes de dos modelos diferentes que se alternan.

La ráfaga es de forma circular y presenta una ornamentación con cartelas ovales y rectangulares abrazadas por “ces”. Se completa con veinticuatro rayos biselados rematados en estrellas de diez puntas —originalmente eran de siete— que alternan con veinticuatro rayos flamígeros los cuales van disminuyendo de tamaño hacia la parte inferior. El conjunto se remata por una cruz sobre peana de brazos rectangulares con relieves cuadrangulares en cuyos extremos presenta cantoneras.

Tanto el canasto como la ráfaga, cruz central y estrellas, presentan en la cara frontal pedrería de cristal como evidencian las fotografías más antiguas, detalle que manifiesta un paralelismo más con la corona de la Inmaculada de la sacristía de la Catedral de Sevilla, a la que toma como modelo.

La pieza no presenta marcas que permitan identificar a su autor; quizá porque no está realizada en metal noble.

Corona de la Virgen del Amor y la Esperanza.
Foto: Jose Siles

Las primeras pesquisas.

Al no disponer de firma, marca de autor o de fuentes documentales en las que poder buscar, se recurrió a las redes sociales como foro de consulta por su gran capacidad de visibilidad e interactuación. Así pues, en octubre de 2013 se expusieron varias imágenes de la corona en el grupo de Facebook “Arte cristiano” y se pidieron, entre sus más de 6000 seguidores, indicios que pudieran señalar la autoría u origen de la pieza. Las respuestas no se hicieron esperar y en menos de una hora aparecía la primera pista.

La corona de la Virgen de la Soledad de Puerto Real (Cádiz).

Soledad de Puerto Real.
Foto: Facebook de la Hermandad

La Soledad de Puerto Real es una obra de Luisa Roldán, “La Roldana”, de 1688 y es su única dolorosa documentada en Andalucía hasta el momento. Es titular de la Venerable Hermandad Sacramental y Real Cofradía de Penitencia de Ntra. Sra. de la Soledad, Santo Entierro de Ntro. Sr. Jesucristo y San Francisco de Paula y según nos informó su prioste y vestidor de la imagen, José Carlos Hernández Ruiz, la corona fue realizada por Manuel Seco Velasco en 1945 en plata en su color, plata donada por la gente del pueblo de Puerto Real. Aunque fue enriquecida con adornos con posterioridad, en 2000 se le retiraron todos los añadidos, dejando sólo el medallón central de oro blanco, nácar y brillantes.

Esta corona de la Soledad de 1945 y la de la Esperanza de 1947 son  prácticamente iguales a primera vista, estando la diferencia fundamental en el detalle del dibujo y en la calidad del repujado, mucho más elaborado en la de Puerto Real por ser de plata. Además, la ráfaga de ésta presenta cincelado en el centro el escudo de la Hermandad de la Soledad. Otras pequeñas diferencias están en la disposición de los parchetes del canasto y en el número de estrellas de la ráfaga; mientras que en la de la Soledad son 20, en la de la Esperanza son 24.

La corona de la Virgen de los Dolores de San Fernando (Cádiz).

Virgen de los Dolores de San Fernando.
Foto: Severiano Sauceco Martínez

San Fernando, ubicado a menos de 15 km. de Puerto Real, fue el lugar donde se encontró la pista definitiva, ya que aquí se localiza una corona idéntica a la nuestra. Pertenece a la Virgen de los Dolores, talla del s. XVIII titular de la Venerable Hermandad de Penitencia de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores. Como sucede con la Esperanza, esta no es la corona de procesión de la Virgen en la madrugada del Viernes Santo, sino que la usa como corona de diario o en actos de culto concretos.

Según información facilitada por Javier Padillo Cabrera, capataz general de la Hermandad, esta corona fue realizada por Manuel Seco Velasco en 1944 en metal sobredorado. Analizando la pieza observamos que las diferencias entre ambas coronas son mínimas, casi imperceptibles, y algunas de ellas sospecho que son fruto de modificaciones posteriores, aunque en la hermandad no les consten.

Las únicas diferencias podemos encontrarlas en la disposición de los dos modelos de parchetes del canasto, exactamente iguales en ambas coronas, que en la de San Fernando es A–B–A, igual que en la de Puerto Real, mientras que en la de Almería es B–A–B.  También existen diferencias en la base de la cruz central y en las estrellas, de ahí mi sospecha de que las originales fueran sustituidas por otras con más puntas y se suprimieron las dos de los rayos inferiores, quedando de esta forma sólo 22 estrellas, dos menos que la de Almería.

A pesar de estas leves divergencias, son tan evidentes y rotundas las analogías entre ambas coronas que podría afirmarse, sin temor a equivocación alguna, que ambas piezas fueron ejecutadas por la misma mano. De esta forma, todo parecía señalar que la primera corona de la Virgen del Amor y la Esperanza había sido realizada en 1947 en Sevilla por Manuel Seco Velasco.

La declaración de Manuel Seco-Velasco Aguilar.

Si todos los indicios apuntaban a este prestigioso orfebre sevillano, el siguiente paso debía ser contactar con su taller, si es que se mantenía en activo, para intentar ratificar nuestras sospechas. Pero por diversos motivos, la investigación quedó paralizada en este punto hasta que ha podido reactivarse contactando con los hermanos Manuel y Jerónimo Seco-Velasco Álvarez, quinta generación de esta saga de maestros orfebres que mantienen vivo y dirigen hoy día el taller.

La predisposición a colaborar mostrada por Manuel fue absoluta desde el principio. El taller no dispone de un archivo que conserve evidencias de los encargos o ventas realizados a lo largo de su dilatada historia; al menos no conservan datos de la época que nos interesaba para poder documentar nuestra corona. Pero a pesar de ello, Manuel nos dio esperanzas, indicando que la persona idónea para determinar si la corona se hizo o no en el taller familiar, teniendo en cuenta su fecha de ejecución, era su padre: Manuel Seco-Velasco Aguilar.

Tras el envío de un dosier con todos los datos de la corona ilustrados con fotografías detalladas de la misma, la respuesta de Manuel padre fue tajante y así lo hizo constar en una declaración firmada en Sevilla el 10 de febrero de 2017 en la que manifiesta:

[…] tras el análisis detallado de fotografías correspondientes a la corona de 1947 de Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza de la Hermandad de los Estudiantes de Almería, garantizo que, por sus características y diseño, dicha corona fue realizada en el taller de orfebrería de Manuel Seco Velasco, mi padre, en Sevilla. Además, teniendo en cuenta su fecha de ejecución, 1947, la misma debió estar repujada directamente por sus manos. 

Desde este momento, la que veníamos conociendo como la corona de la Esperanza de “toda la vida”, pasa a llamarse la corona de la Esperanza de “Manuel Seco Velasco”.

La figura de Manuel Seco Velasco y la importancia del descubrimiento de su autoría.

Manuel Seco Velasco:
Foto: Seco Goldsmith

Manuel Seco Velasco (1903-1991) es indiscutiblemente uno de los más grandes maestros de la orfebrería sevillana. Nació en Sevilla y conforma la tercera generación de orfebres de una saga familiar iniciada por su abuelo Manuel Seco Algaba, y continuada por su padre, Manuel Seco Imberg, junto al que aprendió el oficio. En 1922 el taller se instala en la calle Matahacas 14, donde, tras fallecer su padre en 1925, continúa trabajando con su tío, Eduardo Seco Imberg. El taller logra una expansión y un desarrollo notables a partir de finales de los años 30, pero poco después, en 1942, tío y sobrino separan sus carreras.

Las enseñanzas e influencias paternas fueron claves para la formación de Seco Velasco. De su padre heredó el puesto de Maestro Platero de la Fábrica de la Catedral de Sevilla, gracias al cual pudo estudiar directamente la técnica, modelos iconográficos y códigos ornamentales de los grandes maestros de la platería sevillana de los siglos de oro.

La participación de destacados discípulos, como Villarreal, Juan Borrero o José Zabala, llevó al taller de Seco Velasco a ser uno de los máximos exponentes de la orfebrería sevillana de la segunda mitad del siglo XX y sólo equiparable en fama y prestigio al de Cayetano González.

La producción del taller fue muy extensa y casi imposible de recoger completa en un catálogo ya que no existe un inventario de todo lo realizado. Por otra parte, nunca le interesó dejar constancia de su autoría en las obras, firmando sólo aquellas más destacadas. A pesar de ello, de entre sus coronas destacan algunas tales como la de la Virgen del Refugio (1939), Loreto (1950), Desamparados (1954), Victoria (1974), la de oro de la Virgen de las Angustias (1972) y la realizada para la Virgen del Rocío de Almonte (1948), la más cercana en fecha de ejecución a la de la Esperanza de Almería.

Su amplia trayectoria, jalonada por obras maestras, le propició la concesión de la Cruz de Alfonso X el Sabio (1949) y la Medalla al Mérito en el Trabajo (1976).

Y su estela sigue viva a través de su hijo Manuel Seco-Velasco Aguilar (1934), que constituye la cuarta generación y el eslabón angular de la dinastía como transición entre su padre, el gran patriarca, y sus hijos, Manuel José (1968) y Jerónimo (1973), la quinta y, por ahora, última generación de la saga.

Con la aportación de este importante dato sobre autoría de la corona de 1947 de la Virgen del Amor y la Esperanza, estamos en disposición de poder realizar dos afirmaciones que vienen a enriquecer la historia de nuestra Semana Santa en general y de Estudiantes en particular:

  1. Con la corona de la Esperanza de Seco Velasco se adelanta en más de treinta años la presencia de la orfebrería sevillana en Almería, que hasta ahora se situaba en torno a 1980.
  2. Esta obra es la única pieza de este prestigioso orfebre en Almería, y podríamos  atrevernos a decir que en la provincia, lo que la convierte en una obra excepcional.

Otras preguntas que aún no tienen respuesta.

Sabemos que entre las intenciones de los fundadores de la Hermandad de Estudiantes estaba aquella de que todo estuviese hecho en Almería o por almerienses; pero sólo un año después se rompe al encargar la imagen de la Virgen en Sevilla. ¿Desapareció en aquel momento esa intención y se empezaron a adquirir bienes fuera?

Por Manuel Seco-Velasco Álvarez sabemos que las piezas producidas en el taller lo hacían siempre previo encargo y no se utilizaban puntos de distribución de las mismas en otras ciudades, sino que la venta se hacía directamente en el taller. Por este motivo, nuestra corona debió ser encargada y adquirida directamente en Sevilla, cuando, por proximidad e influencia, habría sido más fácil y lógico comprarla en cualquiera de los establecimientos de objetos religiosos de Granada.

¿Quién y por qué decidió la compra de esta corona? Quien la encargó a Seco Velasco, ¿la compró en su taller y la envió, o la trajo personalmente a Almería? No lo sabemos.

Pero puede ser, quizá casualmente o quizá no tanto, que la respuesta esté en el extremo contrario de la página del Yugo en la que se anuncia la bendición de esta corona de la Virgen. Allí se avisa a los lectores que Mario López Rodríguez, Secretario Nacional de Sindicatos y Secretario General del Gobierno Civil, había llegado a Almería con motivo del nacimiento de su hijo y para pasar la Semana Santa con su familia.

Teniendo en cuenta que en 1946 Mario López encarga la Virgen en Sevilla al mejor de sus imagineros en aquel momento, ¿podría ser que un año después él mismo encargase una corona para esa Virgen en Sevilla al mejor de sus orfebres en aquel momento?

Lo más lógico sería pensar que sí, pero… no podemos afirmarlo con total certeza.

Agradecimientos:

Gracias a la familia Seco-Velasco porque su amabilidad, disponibilidad y colaboración han sido fundamentales para este trabajo.

Gracias a Manuela Molina Castellano, Carlos Maura Alarcón y Juan Pablo Moreno Rodríguez, por ayudar en esta búsqueda dando información, buscándola o facilitando el contacto con quienes podían ayudarnos a encontrar las respuestas.

Y gracias a José Ramón Suárez por provocar esta búsqueda que ha concluido con tan gratas respuestas.
Antonio Salmerón Gil.
Este trabajo de Antonio Salmerón Gil fue publicado originalmente con el título Manuel Seco Velasco: orfebre autor de la corona de “toda la vida” de Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza en la Revista Anuario de Cuaresma y Semana Santa 2017 de la Hermandad de Estudiantes. 

Reportaje realizado por Locofrade sobre la corona de la Virgen del Amor y la Esperanza.