Vestimenta de Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza para sus cultos 2020

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Con la llegada del mes de diciembre, los hermanos de Estudiantes nos preparamos para unos de los días más grandes dentro de nuestro calendario. Inmersos en el tiempo litúrgico del Adviento, y teniendo como eje central la Festividad de la Expectación del parto, nos reunimos en torno a Ntra. Sra. el Amor y la Esperanza que, como protagonista, luce sus mejores galas para presidir sus cultos anuales en estos días.

La Stma. Virgen se encuentra dispuesta sobre su altar de cultos, ubicado en el trascoro de la S.A.I. Catedral, portando su terno más rico, compuesto por la saya regia (como comúnmente es conocida dentro de su ajuar, debido a la gran laboriosidad y técnicas de enriquecimiento con las que está bordada) y manto de vistas bordado en oro y sedas sobre terciopelo verde esmeralda, ambas piezas diseñadas a juego por Álvaro Abril y ejecutadas por el taller de Jesús Arco (Granada).

Su divino rostro lo enmarca un encaje de tul bordado a mano con motivos florales y perfilado con cadeneta en color beige, procedente de los volantes de una antigua colcha de primera mitad del s. XX y rematado con encaje de concha de oro. En sus manos, con puños de encaje de Bruselas, porta el pañuelo con el que se bendijo en 1946, de encaje de Alençon, regalo de su primera Camarera Mayor, Carmen Belda Alberti.

Sobre sus sienes luce la corona de reina, de plata de ley sobredorada y estilo barroco imperial, obra del  orfebre Jesús Domínguez, que luce cada Miércoles Santo y en su festividad.

Entre las alhajas que porta se encuentran el rosario de la camareras y el de filigrana dorada, puñal y cruz pectoral de rocalla, su característica ancla de oro y esmeraldas, broche de rosa de la pasión, ramillete de olivo, así como los broches y medallas de las distintas asociaciones y órdenes vinculadas a la Sagrada Imagen (Puras, Adoratrices, AECC, Graduados Sociales, etc.). Cabe destacar la reciente donación de un broche de plata con flores de almendro y una sortija de plata antigua, generosamente ofrendada por la familia del Pino-Martínez.

Fotos: José Peralta y José Siles