Madre, aquí estamos tus hijos los Estudiantes.
Un año más, venimos en el silencio de la madrugada para buscarte. De nuevo los nervios no nos dejan conciliar el sueño, la emoción de un nuevo Miércoles Santo nos tiene desvelados. Venimos a las puertas de tu templo para arroparnos en el terciopelo de tu manto y sentir tu calor de Madre Buena, que siempre nos tranquiliza.
Madre del Amor, esta noche no podemos coger el sueño contando borreguitos, sino con una infinita letanía de agradecimientos. Cada uno de nosotros tiene este año cientos de motivos por los que agradecer tu compañía… Tu eres nuestro apoyo y vigía, la Madre del Buen Consejo a la que siempre recurrimos cuando no queremos andar solos por el camino de la vida.
Madre Inmaculada, hoy nos cuesta dormir, no paramos de recordar otros miércoles santos, esos que pasaron pero que ni el viento pudo arrastrar. No olvidamos ese pasado ni aquellos que lo hicieron realidad. Ellos eran la gente sencilla que daba vida a nuestras casas y que hoy están gozando de la gloria del Padre. María Santísima, Puerta del cielo, no te olvides de ellos y el día que nosotros ascendamos por estas palmeras danos la mano para llegar a la presencia de tu Hijo.
Virgen de la Esperanza, hay otra cosa que hoy nos quita el sueño: el miedo a que amanezca un mal día. Es difícil decir esto, porque hay tantas cosas que nos deberían quitar el sueño y sin embargo dormimos como Pedro, Juan y Santiago.
Hoy te pedimos que mañana haga buen clima y que la jornada del Miércoles Santo discurra de la mejor manera posible, para que todas las Hermandades que procesionamos esta tarde podamos dar testimonio público de nuestra fe con la mayor dignidad.
Pero te pedimos aún con más fuerza por la Paz, hoy más que nunca Virgen Prudentisima, necesitamos que el mensaje de Amor que tu Hijo nos legó, brote en los corazones de todos aquellos que por su arrogancia y soberbia creen en la violencia como una vía para imponer sus opiniones y conseguir sus objetivos… Además, ante tanta incertidumbre y odio queremos que nos des fortaleza para ser activadores de la palabra de Cristo, demostrando el valor de nuestra fe con las acciones; solo así podremos ser auténticos Peregrinos de la Esperanza.
Por todo ello nos dirigimos a ti, rezando la salve.
Esta madrugada está floreciendo el Miércoles Santo y tras haber estado contigo volvemos a nuestras casas somnolientos, embriagados de tu Amor y con la Esperanza de vivir un nuevo Miércoles Santo junto a ti.
Virgen del Amor y la Esperanza. Ruega por nosotros.
Francisco Javier García Moreno
Mayordomo Primero