Plegaria a la Stma. Virgen del Amor y la Esperanza

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Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura.

357 días, ese es el tiempo que nos separa del pasado 8 de abril de 2020. Fecha, en la que, realizamos la tradicional plegaria que te rezamos cada madrugada de Miércoles Santo. Por aquel entonces, estábamos inmersos en un confinamiento que se nos hizo muy duro y en muchos momentos, agotador.

Y todo, por culpa de la terrible pandemia que asola nuestro mundo y nuestra sociedad. Esta situación, es cierto que debilita nuestro cansancio, pero no nuestras esperanzas, porque Tú, eres: la Esperanza nuestra.

Esta enfermedad, no ha cesado aún, sino que sigue causando estragos, en la economía, en la salud, y en las familias. Pero también ha dejado y por desgracia sigue dejando multitud de fallecidos. Te pedimos Señora, por todos ellos y también por todos nuestros hermanos de Estudiantes, que ya gozan de la presencia del Padre. Que tu Bendito Hijo les otorgue el descanso eterno, y brille para ellos la luz perpetua.

Santísima Virgen, ciertamente, estamos muy cansados. Pero a pesar de todo, te miramos cada día, y nos sigues dando fuerzas para seguir adelante. Por eso, a ti suplicamos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas con la certeza de que tú, nos ayudarás. Sabemos que intercederás ante tu Hijo, el Señor de la Oración, para que llegue el momento de erradicar esta maldita pandemia.

357 días, durante los cuales, tus Hijos Estudiantes y devotos, hemos seguido sembrando tu semilla de Esperanza, sin olvidarnos de los más necesitados, muchos de los cuales, provocada esa necesidad, por la situación que nos acecha.

Esperanza nuestra, no es fácil esta situación para ninguno de tus hijos, y máxime, cuando sabemos que, dentro de unas horas, un año más, volverá a ser Miércoles Santo. Por segunda vez, no estás en tu paso de palio, de flores bellamente engalanado; no podrás salir a la calle a repartir esperanza. Mañana, no estaremos vestidos de costaleros, capataces, acólitos, mantillas o nazarenos.

No oiremos el sonido de la campana, que ordenará a nuestra cruz guía que salga a la calle. No veremos una plaza abarrotada esperando para verte salir. No oiremos a los músicos afinar sus instrumentos para rezarte tocando. El capataz no llamará a su cuadrilla a meterse debajo del paso. Nuestras hermanas las Puras, no podrán verte la cara. Pero a pesar de todo, seguirá siendo, nuestro Miércoles Santo. Porque, ni nada ni nadie nos puede quitar ese amor y esa esperanza que depositamos en ti, y que renovamos cuando llega nuestro gran día.

a, pues, Señora abogada nuestra, en esta noche de martes santo, te traemos nuestro más profundo y sincero amor; sabiendo que esta vez, si podemos estar juntos, a tus plantas y venir, a pedirte, a rogarte, pero también a darte gracias.

Por tanto, este año, como siempre, no hemos querido faltar a esta cita. Esa en la que cada madrugada te pedimos buen tiempo; aunque esta vez, vuelva, a ser de una forma especial. Virgen Santísima, te pedimos que alejes esta tormenta, que traigas buen tiempo, y que después de este destierro nos muestres a Jesús, el fruto bendito de tu vientre. Señora, te suplicamos que no dejes de mirarnos con esos tus ojos misericordiosos llenos de Amor y rebosantes de Esperanza.

Virgen del Amor y la Esperanza, también te pedimos muy especialmente, por todos tus hijos que sufren la enfermedad del cáncer, para que tú, les concedas la fortaleza necesaria para luchar y ganar la batalla.

Por todos estos motivos, los Estudiantes estamos convencidos de que hoy, te necesitamos más que nunca y además sentimos que tenemos el deber de trabajar para que el mundo entero se inunde de tus dos advocaciones: de Amor y de Esperanza.

Por último, queremos pedirte por nuestra Hermandad. Nos encomendamos a tu Bendito Hijo, el Señor de la Oración, para que cuando oremos, nos enseñe a aceptar la voluntad del Padre, como Él mismo hizo en Getsemaní. Y a ti Madre nuestra te pedimos, que no nos sueltes nunca de tu mano, y que nos concedas las fuerzas necesarias para seguir trabajando cada día. Te lo pedimos, especialmente, en este año en el que celebramos el 75 aniversario de tu bendición.

Mañana, no podremos salir contigo a la calle, pero los Estudiantes, te acompañaremos un año más, como siempre. Porque los Estudiantes, nunca nos rendimos: y si lo hacemos… es a tus pies, Esperanza.

¡Oh Dulce siempre Virgen María! Con verdadera fe, y con nuestras esperanzas siempre depositadas en ti, en esta madrugada te pedimos, que bendigas y protejas a todos los hermanos de esta Hermandad, y a todos los cofrades de Almería.

Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.

Amén.