Manuel Luque Bonillo realizará los apóstoles durmientes para la Oración en el Huerto

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El boceto presentado por el imaginero cordobés  y la visualización de sus obras propiciaron que la mayoría de los hermanos Estudiantes asistentes al cabildo extraordinario se decantaran por la propuesta de Manuel Luque Bonillo. Este proyecto será, si Dios quiere, el gran estreno para el próximo Miércoles Santo.
Proyecto presentado por Isorna

La otra propuesta presentada fue la de Manuel Madroñal Isorna, al que la Hermandad agradece su esfuerzo por dar forma a su visión de cómo debería completarse nuestro misterio de la Oración en el Huerto, hecho sin duda por su cariño al Señor de la Oración. Isorna es un
al Señor de la Oración. Isorna es un joven imaginero afincado en Mairena del Alcor (Sevilla) y que también ha trabajado con anterioridad la iconografía de los apóstoles durmientes con los realizados para el misterio de la Oración en el Huerto de Ronda (Málaga). En su boceto, se proponían dos escenarios diferenciados: el delantero integrado por el Señor de la Oración y el ángel, que presentaba como novedad que el ángel sostendría en su mano derecha una cruz de su tamaño y el cáliz pasaría a los pies del Señor y sería sostenido por una pareja de querubines.  El escenario trasero estaría conformado por los tres apóstoles dormidos, recostados sobre el suelo alrededor del olivo. Como enlace entre estos dos escenarios se presentaba la figura de un perro como alegoría de la fidelidad y la vigilancia. 

Descripción del boceto elegido:

Los Evangelios:

Narran este pasaje tres de los cuatro evangelistas  Mateo, Marcos y Lucas, siendo muy semejantes las narraciones de los dos primeros.

En los evangelios de San Marcos y San Mateo se describe como les dice el Señor a los apóstoles, “sentaos aquí mientras yo voy a orar”, y el evangelista Lucas dice que “se apartó de ellos como a un tiro de piedra”. Estos dos grupos  debían de quedar diferenciados en el paso de misterio, como dos atmosferas diferentes  pero a la vez argumentalmente dependientes una de otra: en primer término  la soledad agónica del Señor confortado por el ángel, con toda la tensión y carga dramática de la escena, y a unos pasos de ellos, bajo el olivo dormitando, en un clima de reposo, de tranquilidad y de penumbra los tres predilectos del señor, abandonados al sopor, vencidos por el cansancio en un clima totalmente opuesto a la angustia de la escena principal.

Los apóstoles:

Los tres apóstoles han sucumbido al primer sueño instantes antes de que Jesús se levantara, como relata el evangelista San Marcos: “Vuelve luego y los encuentra durmiendo; y dice a Pedro: «Simón ¿duermes?, ¿no has podido velar una hora? Velad y orad, para no caer en tentación; el espíritu está pronto, pero la carne es débil»
Representando como se ha hecho de forma tradicional los diferentes estados de la vida, el sueño confiado del  joven Juan, el sosiego del maduro Santiago y la duermevela del anciano Pedro.
San Pedro se encuentra situado en la trasera del misterio recostado en duerme vela, como si quedara  vigilante, temeroso  por si alguien se acercara, como dice Giovanni Papini en su libro historia de Cristo: “En aquel lugar pasaban las noches Jesús y los suyos, ya porque los olores y ruidos de la ciudad les molestasen, acostumbrados al aire libre y quieto de los campos, ya porque temiesen ser presos a traición en medio de las casas de sus enemigos”. Entre sus fuertes  manos sostiene el espada, presto a intervenir si fuera necesario en la defensa de su maestro.
La disposición de la imagen del apóstol San Pedro nos permite la completa visión de la imagen desde ambos costeros y por supuesto desde la trasera dando un punto de atracción visual  al paso una vez se aleje de nosotros.
La imagen del apóstol Santiago se halla dispuesta en el costero izquierdo del paso, vencido por un sosegado sueño en su vigilia, con su espalda apoyada en el olivo y su cabeza inclinada hacia su izquierda, con largos cabellos oscuros y barba bífida, en la  plena  madurez del hombre. Su visión es completa desde el costero izquierdo.
El apóstol San Juan queda situado en el costero derecho del paso, en su rostro la juventud del hombre con una incipiente barba, su cabeza de  dulces rasgos y de largos y rizados cabellos, su cabeza hundida en el pecho, confiado ha sucumbido al sueño. A sus pies  un perrillo dormido entre su túnica, símbolo de la fidelidad. La imagen tendría plena visión desde el costero derecho.
Esta distribución de las imágenes nos permitirá  que el paso de misterio tenga puntos de atracción en los 360 grados, pudiéndose contemplar todas las imágenes plenamente, no quedando ninguna fuera del ángulo de visión de los devotos que contemplan el misterio a pie de calle, formando todo ello un conjunto armónico y homogéneo.