A tres días de finalizar 2022 recordamos cómo fueron este año los cultos a Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza a través del informe que ha elaborado la Priostía de la Hermandad, la cual ha querido honrar a nuestra sagrada titular con una arquitectura efímera con la que celebrar unos de los días más grandes de nuestra Hermandad, la Festividad de la expectación del parto de la Santísima Virgen.
Para ello, como viene siendo habitual, se levantó el aparato de cultos en el espacio del trascoro de la S. y A. Iglesia Catedral, en el lateral de la nave del Evangelio, entre el cancel de los Perdones y la puerta de entrada a la torre. Como el año pasado, el montaje se ha desarrollado con menor altura al prescindir de uno de los bancos que forman la base del conjunto, sobre el que se situó el espectacular dosel que cobija y realza a nuestra Sagrada Titular.
Triduo
Este año la Priostía decidió que la lectura catequética del conjunto girara en torno al Dogma de la Inmaculada Concepción de María, por tener Estudiantes el título de Concepcionista y porque se finaliza la función solemne de la festividad de la Esperanza con el Voto a la Inmaculada Concepción.
Por esta razón, en el nivel inferior y centrando el conjunto, este año se ha situado en el manifestador la Inmaculada de orfebrería plateada que ocupa el frontal del paso de palio durante el Miércoles Santo y que custodian nuestras Hermanas Protectoras las Puras. Flanqueándola se situaron cuatro jarras del palio con flores, las cuales alternaban con otros elementos de orfebrería y luz que enriquecían el conjunto: platos de plata, tulipas y faroles de entrecalle.
Detrás de estos elementos se dispuso la cera, utilizándose la candelería del palio para formar cuatro pirámides que, a su vez, componían una pirámide mayor en cuya cúspide se situaba la imagen de la Virgen en el dosel. Como suele ser habitual, se encontraba sobre sus dos peanas de orfebrería, la del paso de palio y la de capilla, y ante ella se situaban dos violeteros antiguos que ya no procesionan. Completaban este conjunto dos pendones: a su derecha uno verde y blanco, alusivo a su advocación, y a su izquierda el pendón concepcionista celeste, contribuyendo así a la lectura concepcionista del conjunto.
A ambos lados del aparato de cultos se colocaron dos credencias decoradas con cornucopias con espejo, simbolizando las virtudes de la Virgen y como símbolo de feminidad. Sobre ellas una bandeja de plata y dos parejas de ángeles procedentes del paso de misterio que sostenían sendas filacterias rosas, color que remite también a la feminidad de María, en las que se podía leer AVE MARIA y GRATIA PLENA.
En cuanto al arreglo floral, fue compuesto por floristería Gracia y la Penca a base de rosa pink mondial, agapanthus blanco, clavel colombiano brut, esparraguera dorada, limonium blanco y lentisco.
Solemne veneración
Para la Solemne Veneración, la Sagrada Imagen se situó a los pies del altar de cultos, ocupando el dosel el Simpecado de la Hermandad (2008, con orfebrería de 1994), y sustituyéndose la bandera concepcionista por la del tramo de Cristo. De esta forma, escoltaban al Simpecado los cuatro colores fundacionales de la Hermandad: a la derecha, blanco y verde, a la izquierda, rojo y negro.
La Virgen estaba elevada sobre las dos peanas para mejorar su visión durante el acto reverencial, escoltada por dos candelabros de plata enriquecidos con flores de cera, elemento este que es símbolo de identidad de la Hermandad. Estas flores -rosas y azucenas como símbolos de pureza- combinaban con las que se ubicaron en el primer nivel del altar, así como con las que formaban las columnas que sostenían a los ángeles de las credencias.
Vestimenta
En cuanto a la vestimenta, Ntra. Sra. del Amor y la Esperanza amaneció para sus cultos ataviada con el terno regio, formado por la saya regia (2015) y el manto de vistas (2018), ambas piezas diseñadas por Álvaro Abril Vela y ejecutadas por el taller de Jesús Arco. El tocado estaba compuesto por guipur color beige, y portaba la corona de plata sobredorada de Jesús Domínguez (1984).
Durante el triduo la Virgen portó el pañuelo donado por n.h. María Góngora Barón, así como la cruz pectoral de plata chapada en oro y esmaltes verdes colgada de un cordón de oro, su nominal de oro, el broche de la rosa de la pasión, el puñal de salida, y un par de rosarios, uno de nácar y filigrana de plata chapada en oro, y otro de filigrana de oro.
Durante la veneración portó las donaciones que se le hicieron durante el primer día del triduo: broche de amatista (donación de la familia Campra Leseduarte), medalla de oro (donación de Carmen López Caballero) y juego de pañuelo y puños de encaje realizados en bolillo (donación de María de los Ángeles Jiménez López).